26 March 2013

Mi primer récord, mucho antes de lo previsto

Fue hace 3 días, el sábado.

23 de marzo, un día muy especial! Y en más especial lo convirtió todavía mi entrenamiento.

Fer estaba enfermo en la cama con un herpes brutal en la boca, encías, labios y lengua. Yo, fui a nadar. Un sábado más, el club estaba a rebosar. La piscina olímpica estaba a lo largo, en 50m! Me apetecía mucho más, así puedo nadar series de 50m sin tener que ir frenando cada 25m (todavía no sé dar la famosa voltereta para no frenar!). Empecé, intenté seguir a una chica de la calle de al lado, y me agotaba, no podía seguirla! Fue una buena manera de esforzarse un poco más. La barrera de los 450 llegaba.. Hice 8 series de 50m: 400m. Y pensé que no podía seguir, la respiración me fallaba, parecía que me ahogara!! Me entró un ataque de pesimismo y pensé que no llegaría a nadar la travesía de 700m en el Rasillo en Julio. Me entristecí.

Descansé un par de minutos. Decidí que debía intentarlo. No se tira la toalla, eso no va conmigo. Así que.. ¡¡Al agua, pata!! Me propuse hacer una serie de 100m y dos de 200m. Total: 900m.

La sorpresa fué, cuando empecé a nadar, y sentí que mi respiración iba más desahogada y tranquila, el ritmo de mis brazadas era muy constante y la velocidad de nado baja. Mentalmente fui pensando: venga, voy a por los 200m directamente. Cuando llegué a la pared, no quise parar, podía seguir. No me lo ceía, iba a superar mis 200m? Pues sí, 300m, y llegué a la pared, no podía parar! Me empujé de nuevo y seguí. Mi respiración me lo permitía, y la constancia de la respitación, las brazadas y la patada también. 400m!!!!! Fer estaría orgulloso de mí, he nadado 400m!!! Y llegué a la pared, de nuevo, y pensé: Moni, no es el límite, no pares. Volví a empujarme y seguí. Me notaba cómoda, intentaba no agotarme, controlar la respiración muchísimo, no acelerar, sentí que empezaba a volar, despacio, pero a volar. Flotaba, no se me caían las piernas. Mi patada tenía cada vez más forma, más sentido, tiraba más agua, avanzaba más fácilmente. Era como si mi cuerpo se fuese adaptando a este nuevo medio, el agua.

Y ya que iba a conseguir nadar 500m seguidos, mi gran récord, decidí no quedarme ahí. 600m. y 700m.

Sí. 700m.

Todavía no me lo creo, pero he visto que puedo, y muchísimo antes de lo previsto.

Ahora, sueño con mejorar muchísimo, y por supuesto, nadaré esa travesía.