09 July 2013

Mi primera travesía


No he podido ponerme a explicar la aventura antes porque ha habido mil cambios en mi vida que ya puedo contar: ¡Nos vamos a Munich! Pero no de vacaciones. A vivir y a levantar el país. ¡Ay omá!

Por eso mi vida estos dos últimos meses ha sido un desmadre de gestiones y decisiones fino, fino. Ni de dormir he tenido tiempo. Pero aquí estoy. Menuda aventura la de mi primera travesía...

No había podido entrenar durante la última semana. Era viernes, y al día siguiente era el gran día: 800m en el puerto. Y para lo esperado que era el día, no me había preparado bien físicamente, ni entrenado lo necesario, ni dormido lo suficiente, ni comido adecuadamente, y anímicamente no estaba en mi mejor momento. ¿Podía fallar algo más? Había sucedido así, sobretodo por todo el gran lío de Alemania. Menudo último mes llevábamos...

Pero oye, había que intentarlo, era un reto a superar y lo mío me había costado tanto mentalizarme como "prepararme". Así que Fer me obligó a ir ese viernes por la noche, horas antes de la prueba, a entrenar. Fuimos juntos y me guió. Pero más que a entrenar, acabamos practicando los diferentes tipos de salidas, desde el agua, desde 'arriba' (no, por Dios, que no me hagan saltar a ningun lugar oscuro..), la orientación, los volteos y un par de sprints, 12 horas antes del reto. Hay que estar majaretas.

Yo estaba convencida de que las morenas asesinas me iban a comer a base de mordiscos, iba a ser una muerte lenta y dolorosa, en esas aguas negras llegaría mi final..

Lo dicho, llegó el sábado. Histeria por la mañana. Bea e Iván iban a verme. Neus y Alba (mis hermanas) también. Fuimos para allá. Aparcamos donde cristo perdió la alpargata, y tuvimos que andar un rato hasta el lugar en cuestión. Siempre había acompañado a Fer a estas cosas, pero me di cuenta que era él quien me acompañaba! ¡¡¡Perdona??? ¡Era yo quien tenía que nadar! Histeria. Por cierto, por fin vi el agua, estaba negra, y yo tenía que ponerme a nadar ahí pasase lo que pasase. Seguro que las morenas estaban oliendo ya mi carne fresca, estarían ahí escondidas bajo el mar, mirándo desde debajo del agua, podía oír su risa maligna.. "Jo jo jo.."

Ah, otro pequeño detalle: ni siquiera había probado el neopreno en el agua...

Llegó la hora, me enfundé en el neopreno, y me dirigí al grupo de freaks acuáticos que iban a meterse en esas aguas. HABIA QUE SALTAR. ¿Perdone usted? ¿Hay que saltar? Venga, me voy a mi casa. Ataque de pánico antes de entrar al agua. Fer, Fer, Fer, ven, ven, que no puedo.. Abrazos entre llantos de desesperación.. Que no puedo, que no puedo. ¿Qué hago aquí? Me piro vampiro. Quién me habrá mandado a mí... ¿Púrque? ¿Púrque? ¿Púrque?

Nada, que sonaba el silbato y había que prepararse. Se iba saltando de 10 en 10 personas. Llegó mi hora. No mires abajo, que está negro, y salta. ¡¡¡¡¡Alehop!!!!! Ya estoy dentro, de verdad que ya estoy dentro. Me pongo a nadar, y oye, bastante bien, encima rapidito, porque al no estar en la piscina no controlas el ritmo. Y como era de esperar... empiezan los ATAQUES DE PÁNICO.


De repente veía algo, y del miedo, gritaba. Se paró un chico: "Estás bien? Si quieres te acompaño todo el camino, tranquila". Nada, tranquilo, sigo. Veo una cuerda cubierta de musgo. ATAQUE DE PÁNICO, gritos. Ese pánico me agota, no tengo la misma capacidad física para seguir, y acabo de empezar. Me desoriento, voy de derecha a izquierda continuamente, al no ver las líneas de la piscina no consigo ir recta, hago el doble de metros. Oigo a Fer a mi derecha gritándome ánimos, indicándome que casi me como unas rocas con patatas, porque no iba recta. Coño, si por aquí viene gente de frente!!!! Para la derecha corriendo, madre mía que ya han dado la vuelta estos que vuelven ya. Veo una cuerda con musgo debajo de mí, parece que tenga vida propia, ATAQUE DE PANICO, gritos. El del kayak salvavidas se acerca a mí, primer contacto con quien será mi salvación mental más adelante. "Venga, ánimo, queda poco para la gran boya naranja y habrás llegado a la mitad". Vamos allá. ¿Pero dónde cojones han puesto la boya naranja? Los ataques de pánico me están agotando físicamente, no puedo ni respirar, me ahogo, no puedo abrir los ojos dentro del agua porque está muy oscura y me pone más nerviosa. Lo poco que se ve, da miedo. El terror: tengo justo debajo la cuerda que une dos plataformas viejas y llenas de musgo.. se acerca a mí, también tiene vida propia: ATAQUE DE PANICO. No puedo, no puedo, quien me ha mandado a mí estar ahí. Señor del kayak, no puedo. El señor del kayak: "Aquí tienes la boya naranja! Sólo falta la mitad!" Odio la cuerda que baja de la boya hasta las profundidades marinas. La odio. ¡No puedo mirar! ATAQUE DE PANICO. Rodeo la boya de espaldas, no quiero ver esa cuerda. (Reconocer debo, que mientras escribo esto me entran temblores, pasé mucho miedo.) Pero ya sólo quedaba la mitad. Había todavía personas detrás de mí, no iba la última, aunque eso sinceramente me importaba dos cojones de avestruz desde hacía mucho rato. Aún así, era curioso. Durante esta segunda mitad el kayak iba a mi lado, me decía cuándo me desorientaba demasiado. Y no podía ser de otra manera: a pesar del impresionante solazo que hacía, de repente, una gran nube de niebla espesa, fea e inoportuna se plantó encima mío. De repente no había sol, sólo nubes por doquier a mi alrededor y yo estaba sola en el mar. Oye tú, qué plan más chulo pirulo. ATAQUE DE PANICO. El del kayak me pidió que me agarrase. Me puse a llorar (lo reconozco), con una mano toqué el kayak, me pedía que me arragase con las dos, pero no quería, no quería más apoyo, quería acabar. No podía respirar, el hombre se asustó, me dió un sorbo de agua, le dije que quería acabar, y me dijo: "Adelante entonces, muy valiente eres.". Seguí, entre más ataques y más sufrimiento, y al final, efectivamente, llegué. No me lo creía. La última, pero llegué. Di aproximadamente diez pasos, y me mareé, me caía, acabé en el suelo, no sabía ni donde estaba. Vino gente, y luego me vi en la cruz roja, preguntando por Fer, que apareció rápido, me dió su mano, y esperamos a que se me pasara.

Oye, dentro de lo malo, las morenas asesinas me perdonaron la vida.

Fer, Bea, Ivan, Neus y Alba estuvieron ahí. Fue especial, algo que no repetiré tan fácilmente, sobretodo sin haber entrenado en el mar. No volveré a pensar que nadando en la piscina he superado todos mis miedos, es una equivocación, hay que ir poco a poco. Pero eso no significa que no vaya a volver a superarme a mí misma. Desde luego, esto no ha hecho más que empezar. Esta aventura me ha enseñado mucho y no puede quedar en el olvido, me tiene que servir para hacer las cosas mejor la próxima vez, superarme, y sobretodo, saber que acaba de empezar un reto todavía mayor: enfrentarme al mar.

Conclusión. He superado un reto: no sabía nadar, y he nadado. En 7 meses me he metido en el mar, yo sóla, a hacer algo que me da mucho miedo. ¡No puedo estar más orgullosa!

Añado una 'foto de fotos' en la que sólo se aprecia alegría, porque al fin y al cabo, los buenos momentos son los que tienen que pesar!

Pero nunca olvidaré una cosa: Subestimé totalmente el miedo y respeto que le tengo al mar. Mar, qué grande, misterioso, oscuro e imponente eres..



2 comments:

  1. Campeona!!!! :)
    Lo conseguiste!

    :))))
    :*

    ReplyDelete
  2. Uau!! Según lo cuentas da la impresión de que tuviste una experiencia realmente horrible, pero me parece increíble cómo luchaste hasta el final! No creo que haya muchas personas tan fuertes.
    Ahora si que eres una supermoni!!! :)

    ReplyDelete